Esta es la historia de la receta de hoy: un día, con varios frascos de dulce de higo casero en la heladera, y pocas ganas de seguir comiéndolo con cuchara (como venía haciendo), emprendí la aventura. Y el resultado fue una pastafrola de ricota y dulce de higo que quedó deliciosa. La combinación del dulzor casi empalagoso de la mermelada con la suavidad y la textura de la ricota fue más fabulosa de lo que hubiera podido imaginar. Además, esta es la historia de mi primera pastafrola.
Pero claro, no todos tenemos a mi tía y no alcanza el dulce de higo para todos los que quieran probar la receta. Así que la alternativa es la siguiente: como el higo está bastante caro, creo que una buena negociación entre el bolsillo y el paladar resultaría en comprar una mermelada de higo en el supermercado (desde ya, cuanto más artesanal, mejor), y algunos pocos higos en la frutería. Y con eso vamos a hacer la pastafrola de hoy.
INGREDIENTES
- 400 grs. de harina leudante
- 150 grs. de manteca
- 100 grs. de azúcar común
- 2 huevos
- jugo de medio limón
- 450 grs. de mermelada de higo (aprox. un frasco, las cantidades no están regidas por ley)
- 5 higos frescos maduros
- 2 cdas. soperas de azúcar común
- 500 grs. de ricota
- 1 cda. sopera colmada de queso blanco
ELABORACIÓN
- Para la masa, colocar la harina en un bol o recipiente similar, bien seco. Hacer un pocito en el medio y colocar allí la manteca desgranada. Si no está muy fría, mejor, así que conviene sacarla de la heladera un ratito antes. Añadir allí también los huevos, previamente batidos (apenas, sólo para mezclar bien la clara con la yema), los 100 gramos de azúcar y el jugo de limón (se puede reemplazar por ralladura de limón).
- De a poco, añadir a este centro la harina que hay a los costados, y unificar con las manos. A medida que se va mezclando, seguir incorporando más harina del mismo bol a la mezcla del centro, hasta que finalmente resulte una masa suave y uniforme, aunque siempre queda un poquito dura para amasar. Un truco, en secreto: se puede añadir un chorrito de leche, para ablandar la preparación y que sea más fácil de manejar. Esta masa en realidad no lleva leche, pero es una buena ayuda si se te empiezan a cansar los brazos.
- Finalmente, en un molde o en una fuente de vidrio para horno, según la presentación que quieras darle, colocar la masa en el fondo y en las paredes, reservando una parte para el enrejado superior, que da a toda pastafrola su aspecto característico. Recordá que esta masa va a leudar, así que no es conveniente que hagas la base o las paredes muy gruesas, ni que lleguen hasta el borde de la fuente o molde.
- Para el relleno de base, mezclar la ricota con el queso crema y colocarlo sobre la masa. Alisar bien la superficie y reservar.
- Para el relleno dulce, vamos a pelar los higos, cortarlos a la mitad y colocarlos en una olla o cazo pequeño. Cubrirlos con las dos cucharadas de azúcar común. Dejar reposar unos momentos (15 minutos, aproximadamente) y cocinar a fuego lento hasta que se hayan deshecho y soltado bastante jugo. Añadir la mermelada de higo y mezclar bien. Colocar este relleno sobre la ricota, y alisar nuevamente la superficie.
- Con la masa que reservamos para el enrejado superior, formar tiritas y disponerlas de esa forma, cuidando de unirlas en los extremos con la masa de las paredes del molde o fuente. Nuevamente, hay que recordar que esta masa aumenta su volumen durante la cocción, por lo que no es necesario hacer un enrejado grueso, sino más bien delgado.
- Llevar al horno precalentado, a fuego moderado a fuerte, y cocinar durante unos 30 minutos, revisando a partir de los 20 minutos si la masa ya está lista.
CONSEJITO
Si querés darle un acabado más profesional a tu pastafrola, podés pincelar el enrejado de masa con huevo antes de colocarla en el horno. Esto le da un aspecto más brillante y tentador.
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