Mermelada de calabaza

La preparé un día sin pensar en el blog y luego recordé que compartir recetas es al menos la mitad de la diversión que viene con prepararlas. El dulce de calabaza, como le decíamos en casa, aunque en verdad se trata de una mermelada, ha aromatizado la cocina de mi infancia en incontables ocasiones.

INGREDIENTES (para 900 cm3 aprox.)

• 500 grs. de calabaza (zapallo anco)
• 250 grs. de azúcar (se puede agregar más a gusto durante la cocción)
• 1 cdita. de esencia de vainilla
• cáscara de naranja (dos gajos, o 1 cda. de jugo en su defecto)

ELABORACIÓN

- Cortar pelar la calabaza y cortar en cubos más o menos regulares. No hace falta que queden parejos, porque se desarman durante la cocción.
- Colocar en una cacerola y cubrir con el azúcar de manera uniforme.
- Dejar reposar en la heladera por unas dos horas, hasta que la calabaza suelte líquido para cocinarla.
- Llevar a fuego medio.
- Cuando comience a ablandarse, pisar la calabaza para que se vaya formando un puré.
- Incorporar la esencia de vainilla y las cáscaras o el jugo de naranja.
- Hervir a fuego lento, revolviendo cada tanto con una cuchara de madera, hasta que tome la consistencia deseada: se puede consumir más líquida o más caramelizada, según el gusto de cada uno.
- Retirar del fuego, dejar reposar unos minutos y guardar en la heladera hasta que esté bien fría.
- Guardar en uno o varios recipientes, ¡para compartir!

CONSEJITO
Cuanto más dulce sea la calabaza, más sabrosa será la mermelada: prepararla cuando hay fruta de temporada, en los meses cálidos, es ideal. Puede no ser lo más práctico, pero puestos a vivir espontáneamente, en casa hacemos esta receta cuando nos encontramos con una rica calabaza en la ensalada. Volvemos a la verdulería donde la compramos, elegimos la que más se le parezca (o usamos lo que queda de la otra, si hay suficiente), y nos reunimos en torno a la cacerola cual caldero de poción mágica. O quizás esto era lo que imaginaba de niña, pero sigue funcionando.